Porque viajaba y viaja la tuna
Una de las costumbres que la inquietud, el hambre o la necesidad (ya en forma de huida o de supervivencia) más prodigó entre los antiguos pícaros, fueron los viajes y deambuleos a la buena de Dios.
Muchas veces, existían razones insoslayables, pues los sustentos del lugar escaseaban, y había que moverse para encontrarlos en nuevas tierras.
En sus viajes y andanzas, acostumbraban a juntarse, formando cuadrillas que literalmente arrasaban por dónde pasaban, y raro era el que, viajero o visitado, no salía trasquilado del encuentro, ya en su bolsa, ya en su granero.
En los viajes, muchos pícaros de postín, y sobre todo los universitarios, buscaban dar un sentido distinto a su vida, llenándola de aventura, y en busca de lo desconocido. Durante los viajes, aprendían los trucos y secretos de la supervivencia (el hambre agudiza el ingenio), y aunque no sin sinsabores, una filosofía especial impregnaba sus devaneos, tal cómo nos cuenta Diego de Villa roel:
" Pasaba en el desorden de los viajes muchos días y, por la noche, era el primer convidado a los bailes, los saraos y las bodas de todas castas. Entretenía a los circunstantes con la variedad de muchas bufonadas y tonterías, que se dicen vulgarmente habilidades, y aventajaba en ellas a cuantos concurrían en aquellos tiempos a reclamo de tales holgorios y funciones. ".
Con el tiempo, este espíritu de iniciación a la vida, a la aventura y a lo desconocido impregnó a los estudiantes de la Tuna, y desde entonces, los viajes son parte fundamental de sus actividades. Y algunos imprescindibles, como el Viaje de Novatos
La Tuna en el Mundo
Fruto de los viajes de los pícaros por toda Europa en los siglos pasados, y de esta tradición mantenida por la Tuna, ha sido que el número de Tunas crezca cada día más, extendiéndose su espíritu por toda Europa y Latinoamérica.
Siendo originarias de España, y poco después Portugal, las Tunas, como grupos eminentemente universitarios, se dieron a conocer mediante sus viajes por todo el mundo, y con ellas surgieron nuevas Tunas, que adoptaron y adaptaron esta tradición a sus formas y costumbres.
En Latinoamérica surgieron Tunas mucho tiempo después, fruto de la gran cantidad de estudiantes y viajeros que llevaron consigo a las Estudiantinas. Posteriormente, y ya en este siglo, se han desarrollado Tunas en Europa central, como en Holanda y Bélgica. Y eso no es todo, ahora mismo se ha creado una nueva Tuna en... ¡Irlanda! En fin, la Tuna es imparable.
. El Viaje Ideal
No hay porqué tener un objetivo antes de iniciar un viaje de Tuna. Tan sólo ganas de pasarlo bien, y de intentar volver llenos de historias que contar.
El viaje puede empezar sin itinerario ni tiempo fijado, y dejar que los acontecimientos y el destino decidan sobre ello. Es la mejor propuesta inicial, pues SIEMPRE, pienses lo que pienses, va a depender de los imponderables.
Otros, los de mayor duración, suelen tener objetivos diversos, todos tan válidos cómo los siguientes:
Turismo: conocer nuevas tierras, gentes, sabores, costumbres...
Rondas: ¿Dónde no irá la Tuna por una mujer?
Participar en un certamen: fenomenal excusa.
Contratos: mejor excusa todavía.
Resumiendo, el viaje tiene cómo objetivo único el poder contar lo que has vivido, y si has encontrado millones de amigos, si has aprendido nuevas canciones, si has encontrado la mujer de tu vida, si has descubierto las virtudes del Oporto, el Ribeiro, la Sidra, la Paella o el queso Holandés, e incluso si has decido quedarte en Puerto Rico otra temporadilla, mejor que mejor.
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